El Real Madrid ha comenzado 2022 arrasando con dos movimientos que le hacen subir un par de escalones a corto y, sobre todo, medio plazo en su gran objetivo, volver a dominar Europa. El regalo de Reyes del fichaje de Gabriel Deck, que regresa a la entidad menos de un año después de su marcha a la NBA, se ve complementado por la renovación de un Guerschon Yabusele que ya es pilar indiscutible del equipo y que prolonga su vinculación, de inicio de una sola temporada, hasta el 30 de junio de 2025.
La doble jugada maestra del Real Madrid se ha fraguado a base de planificación y la fuerza de una sección que va mucho más allá de lo deportivo. Deck, pese a sus problemas –los de su entorno– con la dirección en el momento de su salida, activó su regreso por el buen ambiente del vestuario y las posibilidades de adaptarse lo más rápido posible a un proyecto ganador en el que contar con un papel preponderante. El acuerdo, apalabrado hace semanas, pudo hacerse público tras el corte de Oklahoma City Thunder.
Yabusele, por su parte, ha modificado su hoja de ruta con próxima parada en la NBA para continuar en el Real Madrid. En un inicio, en acuerdo aceptado de buen grado por ambas partes, el ala-pívot francés aceptó la propuesta merengue en un contrato de una sola temporada, sin cláusula de salida y las miras puestas en una segunda aventura en Estados Unidos. Ahora esta escapada se pospone merced a su adaptación total a la ciudad, al ambiente del vestuario y a los sistemas de Pablo Laso. «Mi vida en Madrid es fantástica», resumía el francés tras sellar un acuerdo que le vincula a la entidad tres temporadas más.
El Madrid es sabedor de que Yabusele sigue mirando de reojo a la NBA y en una fórmula que también ha utilizado con Deck, ha aprovechado la renovación para colocar una cláusula de rescisión con la que cubrirse las espaldas en lo económico si los cantos de sirena del campeonato norteamericano vuelven a llegar a dos de sus estrellas. Esta maniobra, que funcionó previamente con Doncic, Mirotic, Garuba, Campazzo y el propio Tortuga, permitiría a los blancos firmar un relevo de garantías y, siempre facilitando el pago a plazos, un hipotético regreso de un jugador amortizado a la capital de España.
Pilares del Real Madrid del futuro
Deck y Yabusele, ambos de la generación del 95, están en una edad perfecta para aportar al Real Madrid durante mucho tiempo, como explican los contratos multianuales que ambos tienen firmado y atado –a falta de oficialidad– en el caso del argentino. Ellos, junto a Tavares, Poirier, Abalde o Alocén deben conducir el Real Madrid a medio plazo y asentar un proyecto que, desde otro estilo, recoja el testigo del que Llull, Rudy o Carroll fueron partícipes de llevar a la excelencia.